Parece algo tan sencillo y a la vez encierra tanto poder que, si lo pensamos un momento…. ¿hacemos esto a menudo? Apostaría que no, y si no os daréis cuenta cuando enumere los múltiples beneficios de este simple gesto. Todos conocemos el ritmo frenético que llevamos en nuestro día a día, y si bien las circunstancias nos permiten un ambiente más calmado nuestra mente está acostumbrada a estar en constante actividad y parece que la tenemos constantemente “llena”( que no es lo mismo que plena) de pensamientos, preocupaciones, recuerdos, ideas, imágenes, emociones ...Y... ¿realmente necesitamos tanto “ingrediente” para ESTAR presente en cada momento que nos toque vivir? La respuesta está clara, no. Y no solo no lo necesitamos sino que este habito perjudica nuestra salud física y mental (estrés, depresión, ansiedad, insatisfacción, falta de atención y concentración) y lo que para mí es más negativo, es que nos mantiene desconectados de nosotros mismos.
Con este “simple” gesto de PARARSE un momento y prestar ATENCIÓN a nuestra respiración (en este caso) lo que realmente estamos haciendo es “Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”. Así es como define Jon Kabat Zinn Mindfulness, traducido al español como Atención Plena. La respiración en este caso se convierte en un objeto o en uno de los muchos métodos que nos ayudan a calmar la mente y a volvernos conscientes del momento presente, aprendiendo de este modo a mantener un contacto directo con lo que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, dejando a un lado todas las distracciones que interfieren y restan calidad a nuestras relaciones y a la relación –conexión con nosotros mismos .Es un modo de REUNIR la mente, que está dispersa, y recuperar su fuerza. Así tomamos conciencia de nuestra realidad, y nos permitimos trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida.
Esta SIMPLICIDAD forma parte de nuestra verdadera
naturaleza y en cambio, ha quedado casi en el inconsciente y reemplazada por el
hábito de estar saltando de una historia a otra, dejándonos llevar por nuestros
pensamientos, juicios, emociones….confundiéndonos e identificándonos con ellos
y todo esto no hace otra cosa más que mantenernos en un constante estado de DISTRACCIÓN.
Pues bien, hace mucho
tiempo, gracias a la meditación, me he dado cuenta del inmenso PODER de la ATENCIÓN,
y de que es el mejor regalo que nos podemos hacer a nosotros mismos,
y de ahí la enorme importancia (y casi diría urgencia) de trasladar
y dar a conocer todas las enseñanzas que se desprenden de esta práctica. Pero
como dice el propio J.Kabat-Zinn “Este viaje tenemos que vivirlo nosotros
mismos “.
Marta Hermida C.
Centro Issué
